martes, 7 de junio de 2011

07/06/2011 El Escorial

Después de haber dejado las bicis lavadas y cargadas en el remolque del coche el día anterior, a las 9 h de la mañana ponemos rumbo al Escorial. Encontramos lluvia y bastante niebla en el desplazamiento, el día tampoco promete muchas horas de sol. Aparcamos cerca del Campo de Golf. Le echamos un último vistazo a las bicis, un poco de aceite y “a rular”. La primera subida de grava, arena y agua ya nos pone las piernas a tono. Acostumbrados a iniciar la ruta por pistas en buen estado y con un desnivel comedido contrasta con el inicio de esta etapa. Tanto es así que cuando llegamos a las “zetas vascos” es para nosotros un ligero respiro, pues aun tratándose de una subida técnica y dura, es al menos divertida. En cada curva hay que emplearse a fondo para buscar la trazada ideal y no hacer pie en una de las múltiples raíces y escalones que tiene la subida. Después de un poco de llaneo por pista, una, no fuerte, pero continuada subida por asfalto que nos mete de nuevo en una pista para al rato llegar a la cumbre del día.

Al culminar el frío se hace patente. Hacemos una pequeña parada para abrigarnos y continuamos en busca de la famosa Silla de Felipe II. Con ciertas dudas de donde puede encontrarse, nos acercamos a unos riscos donde hay una cruz con unas maravillosas vistas al Escorial. Nos disponemos a plasmar rápidamente el momento con algunas fotos antes de que la niebla que entra a toda prisa nos lo impida.

A continuación toca bajar, nos ponemos las protecciones e iniciamos el descenso que comienza por un bonito pedregal y algo de sendero que desemboca en un camino. Buscamos el track y vemos que hay que pasar una cancilla, que abre un nuevo mundo de trialeras que se va complicando con muchas raíces, mucha piedra, pasos muy técnicos con mucho desnivel, algún tramo de sendero limpio para coger fuerzas y comentar eufóricos las distintas sensaciones que con la velocidad del paso no hay tiempo ni de hablar, y de nuevo… continuar hacia abajo. En la zona baja cogemos unas trialeras bonitas más limpias con algunos cortados, y con tramos de subida brusca que obligan a poner pie a tierra. Subimos por una trialera muy complicada que para sorpresa nuestra desemboca en “La silla de Felipe II”, fotos de rigor y de nuevo cogemos nuevas trialeras en dirección al Escorial. Como diría Iogrea (el autor del track), una corta pero disfrutona salida.

Finalizamos con una amplia sonrisa, bocata y cerveza en El Escorial y una hora y media de coche en medio de una intensa niebla por el puerto de Navacerrada para llegar a nuestra base en Rascafría.




Perfil de la ruta

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