Aprovechando
que tengo que purgar los frenos delanteros de la bici de mi hijo, le he
realizado unas fotos y me dispongo a redactar un post, por si alguien tiene
dudas o no se atreve con el tema, para que se vea que es muy fácil.
Todo
lo que necesitamos es comprar un frasco de aceite mineral Shimano. En la bolsa
nos vendrá también el tubo para el vaciado.
Lo
primero es retirar la rueda y las pastillas de freno, para evitar que se puedan
salpicar o manchar con el aceite. Colocamos alguna pieza que encontremos a mano
(un trozo de plástico, madera, una tuerca, etc.) en el hueco que han dejado las
pastillas de freno, para evitar que se salgan los émbolos del freno.
A
continuación aflojamos la maneta del freno para procurar que el depósito del
líquido de frenos quede en posición horizontal y paralelo al suelo.
También
cubrimos toda el área alrededor del depósito con papel de cocina que es muy
absorbente, para evitar manchar la zona de aceite en caso de que se nos salga
algo por fuera.
Colocamos
el tubo en la boquilla sangradora, y lo podemos fijar con una abrazadera para
mayor seguridad, el otro extremo del tubo lo introducimos en una botella de
plástico u otro recipiente para recoger el aceite.
Abrimos
la tapa del depósito y sacamos también la junta de goma, quedando a la vista el
interior del depósito.
Aflojamos
un poco la boquilla sangradora, con una llave fija de 7mm, hasta que veamos que
el líquido de frenos comienza a salir.
Ahora
viene la parte más delicada. Hay que ir accionando suavemente la palanca de
frenos al tiempo que vamos rellenando de líquido de frenos el deposito. Veremos
cómo van saliendo burbujas de aire por el tubo (podemos dar unos ligeros
golpecitos en las zapatas y el depósito para ayudar a salir las burbujas de aire).
Continuamos realizando esta operación, hasta gastar todo el bote de aceite.
Iremos rellenando de aceite continuamente, teniendo cuidado de que no se vacíe
el depósito y entre de nuevo aire en el circuito.
Una
vez que deje de salir aire por el tubo de sangrado, apretamos la boquilla
sangradora.
Accionamos
la palanca de frenos repetidamente para que si queda alguna burbuja, ésta suba
por el circuito y salga por el depósito, hasta que la palanca de freno resulte
dura al tacto.
Rellenamos
completamente el depósito y colocamos la junta de goma y la tapa. El deposito
debe estar bien lleno, y al colocar la junta y la tapa debe rebosar por fuera
el líquido sobrante.
Operación
completada. Limpiamos el depósito y la maneta y volvemos a colocar la maneta de
freno en su correcta posición y procedemos a colocar las pastillas de freno y
la rueda.
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